(fui
alguna vez
y a veces sigo siendo)
como animal salvaje
moviendo sus clinas al viento
se aproxima el lenguaje
cual veneno se derrarma en el lecho
su respiración agitada
graba los cortes al tiempo
y desemboca en la palabra
sin recortes de razonamiento
la niña arma barriletes de acero
un horno, un campo
los mensajeros de aquel tiempo
las siestas gritaban
desconsuelo de sombra y céfiro
el barro
como materia prima
del sueño paterno
yo asesiné a esa niña
que hoy vuelve
a vengar los múltiples
recuerdos olvidados
bajo los miles renacimientos
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