29/8/06

Plaza López


Con un fatídico vaivén eligió el espacio y se sentó en medio de un cuadrilátero de pasto, seguramente sobre o cerca de regalitos que dejan los animales . Levantó su vista mirando a su alrededor. nada. luego clavó su mirada en mí; yo estaba sentada a unos 100 metros justo enfrente, con mi mate y libro. Siguió observándome un tanto nerviosa, aunque no pude descifrar exactamente la expresión de aquellos ojos entre perdidos y sucios. Yo, allí, espectadora abierta a cualquier actuación, la miré escondiéndome tras mi gorrito intentando no obstaculizar su despliegue.

Creo que habrá estado unos diez minutos moviendo la cabeza libremente de un lado hacia otro, sentada en chinito; acomodó una bolsita de super y la dejó a su lado sin sacar nada de adentro. Esperé a que llamara a algún perro, suponiendo que estaba tomando sombra mientras su animalito se distraía o hacia sus cositas. Pero no sucedió nada, estaba sola igual que yo. En su locura metafísica, en su razón extraña a los demás, en su descanso, o simplemente distrayéndose. Ella aparentaba estar un poco desquiciada. Esto comencé a pensarlo cuando con las dos manos se agarró los pelos y los peinaba de adelante hacia atrás, de los costados hacia delante, hacia arriba, se fregaba frenéticamente las manos por los pelos grises, se frotaba la cabeza esférica de atrás hacia delante, de delante hacia atrás con las dos manos sucias, con energía. No sé precisar cuanto tiempo estuvo en esa danza que parecía gustarle de sobremanera.


Pensé en la locura, qué significaría estar loco? ella estaba libremente haciendo lo que tenía ganas, no? O eso aparentaba. A eso me refiero con la locura, uno tiene maneras locas si tiene actitudes que desencajan de los movimientos estereotipados de las personas que se desenvuelven en un lugar. Yo ya no existía para ella, me había convertido en algo extraño a su mundo. Todos estábamos sumergidos en nuestras burbujas narcisista, y qué es la locura sino eso, prenderse de algún pensamiento, hamacarse de algún recuerdo, internarse en la exasperación de un sentimiento, liberarse de los modismos encajonados, sublevarse enojosamente contra alguna idea interna manifestándola con las manos o hablándole sin más, sin caer en la existencia de los demás, volverse ex al mundanismo.

Los locos son tristemente maravillosos. Tristes porque no encajan en otra casilla socialmente aceptable, que la de locos, y los locos son desprestigiados, son patológicamente atrofiados. Quién pudiera decir si así se está mejor. Y maravillosos para esta mujer que los envidia desde “su razón”.

Tal vez todo esto se me ocurrió en el aburrimiento de mi siesta y ella no fue más que algún reflejo que fantaseé... quién pudiera saberlo?

14/8/06

Fugitiva

te encuentro
nos engañamos
nos enmascaramos
con mi brújula
con tu sur

me voy
me alejo
llegué hasta dónde pude
porque no se trata solo de querer

hay algo más
siempre se trata de algo
lo invisible
lo ecuánime
en el vestigio de nosotros

la sombra

Algunas cositas viejas que estuve releyendo
Intento de soneto

MUSICA

Susurras al oído combinación
con tu suave pluma adormeces sueños
y formas melodías sin dueños
cubres con antifaz la desolación

tu ritmo hace cosquillas a la ilusión
notas flotando como hojas de otoño
alegran silencios, devoran años
mistifican las historias en canción.

Ella cumple milagros salvajes
crímenes, engaños, miserias, culpas
deshollinando las furias feroces.

Huele a mar, a tierra, a flores silvestres
a campo, a libertad, a utopías,
música con aromas y emociones.




Este poema o descripción como quieran titularlo tiene mezcla de fantasías verosímiles y algo de realidad.
Se puede inventar una historia tras una simple mirada, que mueve sensaciones dentro pero siempre termina siendo la historia que uno cree revelar tras esa percepción. Todo es lo que uno quiere creer. Para el arte toda su obra.



Su figura en la esquina Corrientes
su ser revoloteando al contorno
Presencia de náufrago de cualquier parte
y estilo perteneciente al arte.

Su mirada desentonaba con el paisaje nocturno
como si al menor golpe dejaría precipitar
en sus ojos una lágrima de sal, la mirada
fulgorosa tristeza de madrugada.

Meneándose al ritmo de la existencia
cargando sobre la espalda la mochila
del desamor regalo de alguna Afrodita
o de la simple- hostigadora duración.

Su espíritu desemboca en el mar
y se expande movido por el compás
en contra corriente acorde
que provoque su instinto animal.

El diletante vuela en su alfombra
profesando anticiencia
Rey de vacilaciones
Vagabundo en éstas tierras inhóspitas
inhabilitado en el oficio de afirmar.

Insigne inocencia de este troglodita
turbado por la aturdida entidad.

Rapsoda en calles elíseas
va cantando sus estigmas
con la eufonía más dulce
para quien quiera escuchar.

No recuerdo el instante en que me cautivó
si fue, su sutil danza de seducción
o el precioso don de inestabilidad
y esas imaginarias ganas de llorar.



NOCHE de PARANOIA

Todos los sonidos, que flotaban como partículas en el aire
se ponían a bucear en mis oídos, se sacudían al compás del silencio
y no dejaban que el sueño tome dominio, en la tierra del ensueño.
Los ojos se abrían al mínimo roce de sabanas inquietas,
buscando el origen del eco, en todos los átomos,
expectante mis cinco sentidos, frágiles y a punto de estallar.
Creo haber estado vigilada por centenares conciencias, en mi habitación
sellada, con sentimientos taciturnos que formaban figuras en la pared blanca.
Millares de entelequias en todo el cuarto revoloteaban extasiadas.
Acíbar corriendo por mis venas quebradizas. Acinesia del cuerpo, temiendo
el débil dolor de algún mordisco rebelde del colchón.
Acuciada por el cansancio, conciliando la vigilia.

6/8/06

sera

En algún tiempo bogado
Mi voz llegará fulgurante
Hasta tus sentidos
Como policromía tímida
Acariciando tu sexo
Estaré suave y precisa
Ya no serás pálida
Figura, nos vaciaremos
Fundiremos los atisbos
En un enrojecido ocaso
En la línea mínima
te veré desvanecer
Te irás con tu homónimo
Pero disímil canto
Yo me quedaré
Con el bálsamo de la contingencia
Tocaremos la sima del hades
Día Amigo

Fui en busca de ese libro donde encontrar la respuesta a la curiosidad que me asalta cuando estoy harta de la realidad. Después de un día compartido con amigos me viene esa necesidad egoísta de dedicarme solo a escucharme o a dejar volar la imaginación, o perderme en otra historia.

Entré a la librería de Corrientes, merodee leyendo los títulos de grandes autores y otros desconocidos. Escuchando música española, en ese ambiente apacible, con olor añejo, ese olor a soledad acompañada de los libros.
La actitud de los chicos que atienen es acorde a la imagen, le pregunté a uno de ellos por un par de libros que no estaban a la vista, charlando un poco sobre las ediciones. Al final me compré Octaedro de Cortázar y Dublineses de Joyce.

A la noche una voz del interior de una bolsita me llamaba, no reparé en esto hasta haber terminado mi cigarro, agudicé el sentido: era el personaje sin nombre del cuento que me invitaba a sentarme junto a él en el vagón del tren. No pude soltarme o no me quería soltar, así que permanecí caminando junto a su historia hasta concluirla.
Sentir la enigmática identificación, sentirme dentro suyo, moviendo sus pies, la búsqueda, en fin, eso que creía parte de mis jueguitos neuróticos, en los colectivos o en los bares, en la calle, ver en este personaje mi proyección.

Su final, son mis días sin fin, esa nada erige mi mundo y sus formas. Esa realidad tan propia, ahora compartida con él.

Pero los pensamientos más íntimos son indescriptibles y privados, allí se aloja su riqueza.
Después de acabado el viaje, apoyé mi cabeza en la almohada y medité: no voy a contar la sensación última, va a ser mía, voy a guardarla en mi relicario y olvidarme de ella. Ese es mi gran secreto.

5/8/06


ALMA DESNUDA

Alfonsina Storni

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

laventuradelapalabra

"sin dudas soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará taludes y rosas debajo de mis cipreses" Nietzsche