30/4/08

El Viejo

me emociona la cara del viejo
que cuenta sus proyectos, ahora
y siempre con la energía de un pibe
dice que va a construirse un sótano para dormir la siesta
a 24 grados naturales
mientras afuera explota el calor
mientras el mundo destrona en guerra
él sueña, conquistar el corazón de su tierra
me emociona su sangre en la mía
los mismos ojos brillando en el fondo oscuro de la noche
sus ojos en los míos
el reconocimiento tardío de mi emoción
cuando lo miro:
pelo blanco barba
egoísmo transparente de orgullo
y nadita de miedo es un velo para mi memoria
nutre la lluvia a su tierra
amasa el barro con utópicas manos
obrero de un mundo color fuego y sol
se va a morir el viejo creyendo
merecer otra vida para seguir con su milagro
de tintes anaranjados
como los sueños que trabajó.

16/4/08

El tiempo de la felicidad

La Felicidad corresponde a la satisfacción más bien repentina de necesidades retenidas y por su propia naturaleza sólo es posible como un fenómeno episódico.
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Freud. El malestar en la cultura


Una taza llega a la mano
................la mano guiada
................una taza sostiene
convocada al puerto
la mano inclina el elemento

Movimientos que traen
pequeños sorbos de felicidad


11/4/08

Palabras al tiempo


La última vez que te vi llevabas atravesada una lágrima que el viento cristalizó en tu cara.
Pisabas la vereda como un colchón de bohemia. La última vez me llamaste desilusionada porque tu chico, el que entonces te volvía dócil y descentrada, había dicho que no te quería. Te gustaba tanto aquella peluca con pies.
Si hoy nos encontráramos hablar de las heridas de flores de los años adolescentes, que ya no adolecen, sería nuestro primer tema, como todas nosotras lo hacemos.
La mañana de invierno en que te acercaste en aquel pasillo infernal de la secundaria, traías una mirada de ángel, palabras para acompañarme. Me preguntaste distraída alguna cosa, mientras comíamos un sándwich y nos sentábamos a beber el sol de la mañana.
Estábamos en quinto año y escondidas en un recoveco de la siesta tibia y despoblada de nuestras calles fumamos los primeros cigarrillos. Te dije que Rosario era el lugar donde quería vivir y estudiar. Vos estabas indecisa en la elección de la carrera, decías que eso era lo de menos, en todo caso ibas a conseguir algún laburo y desde ese día comenzamos a planear la huída: iríamos juntas a descubrir esa ciudad imaginada a la distancia, tan inmensa en nuestra utopía.
Ahora, después de cinco años en este lugar te diría, que se puede llegar al Río en un parpadeo, que encontrás caras familiares en los bares y en las calles, que Rosario está brindada al canto y a la poesía, que la libertad es otra cosa a como la imaginábamos, más grande y difícil de encontrar, que me descubrí lejana y desterrada, hasta que por fin me adopté los días y las noches de esta ciudad. Me gustaría contarte de aquel chico peluca, lo encontré algunas veces en el parque los domingos y me trajo inevitablemente el recuerdo de tu cara pálida… y el gesto de la última vez que te vi.

Tierra

Lugar lejano.
Retorno en el sueño
al lejano hogar.

Un manto de verde.
Veo crecer el sol
desde el vientre.

Nací del campo
del amor entre:
la siesta y los árboles
el silencio y las chicharras
los mates y la tarde
de la huerta y la semilla.

nací de la inmensidad de la tierra
de un tiempo impasible

laventuradelapalabra

"sin dudas soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará taludes y rosas debajo de mis cipreses" Nietzsche