Esto que me gustó mucho quiero compartirlo con el que me lea, si es que hay quien me lee
Es un escritor poco conocido para mi, parece interesante su manera de escribir

Fragmento "Ulises"
James Joyce


¿Qué afinidades particulares le parecía que existían entre la luna y la mujer?

Su antigüedad al preceder y sobrevivir las generaciones telúricas;
Su predominio nocturno;
Su satélite dependencia;
Su luminosa reflexión;
Su constancia bajo todas las fases, levantándose y acostándose en las horas indicadas,
Creciendo y menguando;
La obligada invariabilidad de su aspecto;
Su respuesta indeterminada a las interrogaciones inafirmativas;
Su influjo sobre las aguas afluentes y refluyentes;
Su poder para enamorar, para mortificar, para conferir belleza, para volver loco, para
Incitar y ayudar a la delincuencia;
La tranquila impenetrabilidad de su rostro;
Lo terrible de su tétrica aislada dominante implacable esplendente proximidad;
Sus presagios de tempestad y de calma;
La estimulación de su luz, sus movimientos y su presencia;
La admonición de sus cráteres, sus mares petrificados, su silencio;
Su esplendor cuando visible;
Su atracción cuando invisible.

al paso

Dejar de sazonar claridad
Abstracción al interior
De las vísceras
En el silencio perdurable
Del segundo incertísimo

Por calle Maipú
Y el infierno
Encontré
Ese silencio entero
Eterno, interno

En la constelación
De mis ojos
Te vi más allá
Dónde el cordón
Corta la vista
Y se precipita
congruente
el mismísimo
sol de invierno
como llama de infierno

rozando la química
al paso de la mímica
mostrando
al instante
la mirada
rítmica

Y nos esfumamos
nos borramos
del otro
para seguir
fumando la vida
con caos cósmico

Relicario

Cada verso libre
De creación
Cada ilación invisible
De la imaginación

Lo terrible
Del encantamiento
Póstumo y temible

Mi pobre piel
Dentro del cuerpo
Mis cansadas
Y tristes gotas
De hiel

Mi mapa en mano
Mi tesoro iracundo
Que no descubriste

Mi intachable
Nada que sentiste
Mi beso de oración
Mi canto de arroz

Y las muchas cosas
Que no te doy
Y las tantas
Que guardo
Para mí, y las otras
Que violaste

Las que robaste
Las más solemnes
En el arrebato
De calor y espanto

Incólume mi canto
Va distraído
Por un agro
De asfalto y manto

En estos versos libres
Estoy dibujando
Mi inconsciente
Mi voz
Mi llanto.

EsE

Me dieron ganas de este jueguito y es lo que salió

Somnílocua sabiduría
Soberbia ironía
Sutil saliva
Sol sarcástico
Su sombría sonrisa
Sembrando semilla
De salvaje sentido
Sondando el son
Del soneto de sopa
Sopesando
La sonata composición
Sopapo doliente
De sórdida sonante
Sorna simplista
Del sotavento
En mi sótano soterrado
Sorteando el soto
Del zumbido atroz
De mi azotada soledad

Fraude

Pongamos que deseo
Que sueño/ que miro
El resplandecimiento
De la castigada presencia

Pongamos que amo
Tu semblante amo
Que es juez
En mi cabeza

Pongamos que vuelo
En las fantasías
Sobre tus sábanas
Vacías

Pongamos que provoco
Lo profundo
En el vestigio
De la extrañeza

Pongamos que
Camino a contramano
Para reconocer
Lo legitimo
De las sombras

Muerte

No te has dado cuenta?
Ella aparece
tras los segundos
de placer

La muerte
se siente
en el fin
de la fantasía

Permanece
ella en los oídos
acostumbrados
de monotonía

Se asoma
en la violación
del deseo

Transcurre entre
el amor
en el aplacamiento
de la locura

La muerte
es la hermana
del miedo
la primera
entelequia

La temible
figura
que acompaña
los días

Es la percibida
constante
que imaginamos
remota

se divierte
con su atuendo
de cuerpo
desvanecido

Bella Agonía

No quiero el amor benigno
que meciendo con ternura
un rostro, sana la dolencia

No me regales miradas
de bolsillo
y besos de plástico

Asesíname cada vez
con el instante
trémulo

Recorre mi cuerpo.
Sé el hoplita
dando muerte lenta
a las fauces
de esta tierra

No dejes vestigio
de hálito
en mi tártaro universo

No me dejes
con vos
regálame la agonía
sutil del vacío

No me dejes
sin voz de vos
déjame vacía
dame muerte
déjame sin mí

Estamos verdes

Aún me aterra escribir lo que mañana voy a leer
de mostrarme la transformación
se supone, se trata esto,
pero si la transformación no resulta
si es que no logro transformarme
Qué mierda!
ya estoy odiando las líneas anteriores
es todo repetición
saldré a recoger un poco de vida
de esa mala vida
la que hace arrastrarte
y volver
porque uno siempre vuelve,
o evoca el pensamiento
me aburrí
estoy toda verde
ahora vendrá el éxtasis de mi narciso
los golpes
las nuevas heridas
ahora, porque yo lo quiero así
porque voy a dejarme herir
serán más dulces
mas dolorosas
pero la sangre está renovada
es el alivio

Sin Titulo ll

Se juntan la pasión y el delirio
de saberte extraviado
en un mar de alivio
van de la mano
mentira y vehemencia

De alivio sabe el engaño
y la ciudad se pinta
de sangre y antaño
Si miras, no huyas al ver
lo que no querías

Te encontré en medio
de basura
la que junto
para recordar

Sirven para imaginar
las historias heredadas
pero la riqueza
es vivir la basura
transformar la blancura

Y vos
te sentís confundido
te sabes perdido
llenas el espacio
te subís al médano
para disimular
el cretinismo
te devoras de ascetismo

Hacinando
con mágico módico
la venganza
de quererte desaparecido

Tarde de Cuarta

Me hago unos mates, enciendo la compu, pongo un poco de música para relajar el aburrimiento, que es grande, aunque tengo un montón de filósofos esperándome sobre la mesa, invitándome a la orgía intelectual. Pero no es susceptible mi humor para la tarea. Así que decido fumarme este pucho que es infinito cuando lo prendo y que no quiero termine más...
Pienso, en qué pienso? En las terribles ganas de putiar, tengo una furia que presiona mi pecho, y siento el cuerpo inservible, estoy como en una pecera o algo así, soy una rata girando en la ruedita, su única diversión.
A quien puedo maldecir? En dios no creo, así que si existe, se ahorra mi ira. Mi vieja no me molesta, la tengo lejos y no tengo nada para decirle. A ellos, que no comprenden mis cambios de humores, mis arranques de silencios eternos, mis chistes graciosos sólo para mi, mi mirada triste pero orgullosa. Mis hilos y agujas que unen la puerta.

Entonces, viene un recuerdo.... me acuerdo cuando iba a la escuela primaria. (pensé que nunca escribiría sobre esto: no suelen asaltarme recuerdos de la infancia) Quedaba a 3 kilómetros de mi casa. Me levantaba muy temprano, montaba mi bici verde y arrancaba.... en ésta época, solo podía ver el camino a un metro, la neblina no dejaba ver que había más allá.
Era tan feliz, jugar con amigos a la pelota, almorzar en la escuela, y después tranqui volver con el sol del medio día, en la verdecita.
Después, en la secundaria, fue otra cosa, irme a vivir a la ciudad, dónde la gente se comunicaba con otros códigos, y las chicas manejaban su relación con los varones de una manera extraordinaria a mis ojos, no era porque no hubiera tenido amigos varones antes, pero era distinto. O yo nunca fui muy perspicaz.
Que raro era todo para mí, no supe como adaptarme en 5 años. Aunque vivía lejos de casa en ese entonces, será por eso que no acostumbro a extrañar. Decía que el estar sola no me atormentaba, aunque me sintiera en un territorio extraño.
Y después, la facultad, otro cambio más, y otra vez sola, en un departamento horrible, al cuál no añoro, en medio de Rosario. Toda una aventura explorar nuevas calles, que hoy me resultan cotidianas y que al principio eran tan raras. Entrar a la facultad y entablar vínculos, que no crecieron en número a pesar del paso de algunos años. Y sentir aún hoy que este no es “el” lugar, ese sentir que constantemente va de la mano con la idea de seguir mutando.
Por momentos me acostumbro, pero mi costumbre no es constante, siempre después de espacios calmos adviene la tempestad, y el cambio, al que nunca me acomodo. No logro comprender, pero ya no creo poder vivir sin la extrañeza de la incertidumbre que me funda.
Bueno, se hizo tarde y parece que se ha calmado la bestia, no consiguió ninguna víctima a la cual devorar. Voy a seguir el transcurso del día, voy a continuar sublimando.

mi personaje

Necesito tu música, para poder soportar la tempestad que se avecina.
Ser el árbol que soporte tu sombra y no se escabulla ante el viento tormentoso.
Tener las raíces profundas para que no puedan arrancarme lo primitivo con un solo soplido, y si el ánimo siente deseos de volar, quiero ser hoja, esa hoja arrastrada por el remolino que forma la brisa y se desvanece en la penumbra.
Voy a ser exhalación cuando digas tus palabras, esas que pronuncias en el desvarío de las horas. Voy a ser el velo tapando tu cuerpo, vistiendo las cicatrices. Voy a ser tu negación en la inconciencia, tu lágrima más amarga cuando seques de miedo. Yo te estaré esperando con un collar de espinas suaves construido por mi insigne desconsuelo. Yo tallaré mi mejor silencio, aquél que inventaré para proteger tu tristeza y no apabullar el vendaval de pedacitos.
Mientras, disfruta las exiguas montañas de tierra blanda, en su sima palidece de placer frente al perfil del atardecer. Descubre el sitio lúgubre con aroma a tango que tiene el amor después de romperse. Juega con sueños implacables en el silencio perpetuo de aquellas tardes.
Desde el sentimiento más arcaico, el más preciso y extenuante. Desde allí te escribo, espíritu estúpido y abolido, sécate de desierto y olvido. Deja que los destierros que te habitan suplanten la angustia fútil de la ausencia constante. Yo estaré cuando las palabras no alcancen, meciendo tu ambigüedad errante y sin primogénitos. Describiendo tus talantes en mil hojas rasgadas, heredando tus pasiones. Y, si mitigan tu soledad queriéndola enterrar, desgarra la envidia que la quiera aplacar.
Yo estaré con vos, porque no quiero el exilio de mí.

Todo es demasiado

El espíritu contiene las palabras
Sin nada para decir me encuentro
Sin nada, y la nada es tan todo
Y todo es demasiado

Buscando algo
algo inconcluso
Algo parcial que abarque la nada
Que es todo
Y todo es demasiado

Fuiste mi bello poema
El que escribí pensando
Abusivamente en tu lengua
Sintiendo tu alma

Fuiste todo y
todo es demasiado
Para soportar

sos una gran huella
Una enorme y sangrante estela
El fruto añil
mi querella
mi círculo mas imperfecto

Sos mi pasión mas dolorosa
Y hoy
sos la ambigüedad más precisa

Hoy sos todo de la nada
Esa nada que siempre fue nada
Y es todo

noche de labios malvas

te afirmo tras un espejo
y siento tu respiración
grácil y profusa que se mece
entre mi cuello y el algodón

bonitas cosas dices
que no creo, pero que deseo
descifrar y miras mis dedos
buscando el escondrijo

y hallas? el disgusto
que es el mismo para todos
el silencio de ataúd..
lánguido arrastras tu insistencia
pisoteando tu machito orgullo

y para mí, el disfrute sórdido
viendo como se desliza la máscara
por tu jubón

pobre idiota! no existe originalidad
yo escudriñaba semblante con lucidez
en ausencia de sensualidad
en la estrategia

sin espacio impreciso
para una barroca mirada
todo es vano y finito
todo es marchito
por el camino del atajo.

Sin Titulo l

tibia la situación del escondite
ella se siente huraña
es huraña
y su tarde es deja vú
para los ojos cerrados
para las manos en calma
todo desolación de alivio

no halla la forma
tal vez
no exista la forma
de sentir
menos la soledad

solo momentos
momentos
que lastiman menos
momentos de paz
momentos gauchos
que la dejan descansar

la noche
sabe amar la fantasía
sabe amar la angustia que deja el rastro
sabe amar la figura de la sombra

la imaginación
escribe para soñarse distinta
la utopía
escribe para transgredirse
la mentira
para leerse heroica y fugitiva
ella ensaya
para romperse de silencio
para quebrarse de litigio

Silencio

Reflexión de algo que nace, de esto que me habita a cada suspiro, lo que no encuentra cuadrilátero real del místico mundo interno. De los pensamientos enlazados a lo innato de la racionalidad, a lo neurótico de la inconformidad de la búsqueda incansable. De la burda conclusión que intento dibujar para redondear lo que jamás va a cerrar, de eso que toda disciplina intenta responder “la certeza”. La indescifrable certeza de que nada es verdad y todo es propio del deseo oculto tras todo, e indescriptible e inabarcable, como esta expresión...

Las palabras nunca logran cubrir o abarcar lo que necesariamente intentamos plasmar, no llenan la falta originaria, no rebasan jamás el silencio. No figuran la reminiscencia de la entrañable tristeza. No descubren, ni reflejan, ya que el reflejo no es más que una aproximación turbada de la laguna interior.

Destinados a vivir atravesados de una retórica incompleta y verosímil, llena de signos que nos ahogan lo desenfrenado de la pasión. A elegir, clasificar las palabras para significar, eso que en el pensamiento es claro y trivial. Las palabras, esos seres hostiles, vagabundos y necesarios, infiltrándonos en esa desesperante atmósfera de blasfemia coherente.

Ablandándonos como el metal, en el fuego infernal de lo estructurado y huero. De eso ordenado, como un menú, empujando al tedio lo infranqueable del ser, que solo es por estar unido a lo caótico de la naturaleza parlante.

El silencio es lo verdadero, el silencio que deja lugar a la expresión de las miradas, tocando el alma con el arte del mutismo cálido y penetrante. El silencio poblado de caricias sutiles, amables y amantes, hablando con el otro lenguaje, mejor que con los ruidos, las caricias esa lógica mística.

Dejemos de palabrear y demos espacio y cobijo a la brisa norteña de los sentimientos, no dibujemos lo fulgurante de nuestro interior con letras unidas. Permitir que la locura nos habite, aunque más no fuera, esporádicamente. Amemos con la sangre y con la parca, con lo empírico y lo espiritual. Que sea intensidad, que no sea un engaño la vida.

Mejor que sea caída, pozo, agua embarrada, que sea todo muerte y resurrección, que no exista la boca desabrida, que todo sea lo que tenga que ser. Así, la alegría será todo triunfo, todo lo sorpresivo el cenit de la existencia.