17/12/06

La pertenencia de una noche o a una noche (?)

No es simple coincidencia que los días de pereza intelectual advengan en momentos en que estoy llevándome mejor con la gente, cómo explicarte, cuando cuesta menos establecer vínculos sociales. Hablo de un cierto avance en la relación, no es que la vida me viva y yo soy una cosa inerte, pero hay días y días.

A lo que me refiero con esto de llevarme mejor: a trabar una conversación con un amigo, pasar un rato con alguien divertido, hacer que hago cosas, esas cosas que hacemos todos.

Aún no puedo contarte a vos que me lees, de lo que se trata en realidad. El otro día leí que la gente-estudiante, las personas que vienen de otros lugares a estudiar a una ciudad, les cuesta acomodarse y enlazan relaciones al cabo de un año (promedio), siempre “se nota” cuando no perteneces.

Pero es muy vano pensar en algún tipo de división absoluta, pero parece ser, lo dicho arriba, un hecho comprobado.

Anoche fui a fumarme un pucho a la placita de la vuelta, no estaba donde mi cuerpo. De qué se trata?, es impresionante como uno logra abstraerse al máximo en un pensamiento, escuchar lo que no se oye, eso concebido y hablado internamente. Saltar a otra cosa, y perder el hilo que llevan algunas ideas. Perderse adentro.

Cuando volví a toparme con la realidad de la calle, descubrí la gente, mucha gente...
El viejo al que le pertenece la vereda de Pellegrini y apura a una familia que busca una moneda para pagarle el estacionamiento al viejo.
-vamos señor apúrese!! Tengo otro auto esperando acá. Otro día me da la monedita.
-bueno bueno, perdone..
La señora se sube pasmada por el dirigismo del viejo. El señor hizo sonar la puerta del Renault 12 rojo, cual puerta giratoria. El viejo mientras transcurría todo el acomodamiento del señor y la señora, putiaba por lo bajo... decía:
- veterano de mierda la concha de tu hermana, me estás haciendo perder un BM, dale puto dale que se va.... viejo conchudo...
(al viejo le pertenecen las monedas ganadas y la putiada)

Como era viernes había gente vestida de fiesta, parejas añejas de la mano, contentas mujeres en grupo de 3 o 4 amigas, pintarrajeadas y adornadas con todo tipo de objetos.

Una gordita con cara de sonsa y bolsa de nylon en mano, se dirigió a un pino alto y comenzó a sacarle algunas ramitas, supuse al verla arrancar pedacitos de pino, sería para adornar algún ramo, o el arbolito de navidad, vaya a saber.
(A la sonsa le pertenecían ya los ramitos)

La víspera de navidad, cosa odiosa los adornitos en las casas, en las calles, la gente arma esa cosa patética, le cuelga bolitas rojas, verdes, amarillas, guirnaldas doradas, plateadas, dependiendo el gusto de la señora.
Se atosigan en el centro para encontrar la mejor oferta; regatea el regalo para la suegra el fulano, y Susana piensa que Marta no es tan de la familia, así que.... un individual floreado, o un centro de mesa estaría bien. Organizan la cena en alguna casa grande, y aunque no se puedan ni ver la cara, sonríen, y todo se olvida por un rato, para pasarla bien.
Y está muy bien que sea así, las fiestas son sinónimo de alegría y contento, poner la mejor cara de hipócrita es el mejor regalito.
(a esta gente le pertenece la navidad)

Tiré la cabeza para atrás, y comprobé el vuelo cegado de los murciélagos, son tan veloces y torpes. Que bichos asquerosos los murciélagos. Los miré un rato, y uno de ellos, de un sopetón entró directamente en el hueco del árbol. Si no ve, como fue tan preciso?
(Al murciélago le pertenece el hueco)

Cuando me incorporé, vi acercarse un hombre alto y morocho, me miraba desde hacía un rato desde el banco contiguo. Sin detener el paso, pero sin despegarme los ojos
-me decís la hora?
-no tengo..
y seguían sus ojos clavados en mí
-gracias.
Se sentó a unos metros, donde se encontraba un banco y siguió mirándome.
Supongo que pensaba en ofrecerme algo, o acercarse a hablar.
(A él le pertenecía la duda de saber qué buscaba yo. Y la duda sobre la hora)

Ahora pienso en lo que me pertenecía a mí en ese momento:


Me pertenecía la parcialidad de lo que desfilaba alrededor, me pertenecía toda esa gente, el viejo, la señora, el murciélago, la sonsa, los árboles, el hombre morocho y alto, el tiempo. Todo era mío, porque no me pertenecía en absoluto, era una ofrenda la noche. Todo eso que transcurría no era de nadie más que mío.
Es como no estar y estar en todo, se trata de una conjunción libre. Puede haber pasado que el viejo no haya putiado lo que les dije, puede que la sonsa no sea sonsa, puede que la señora haya tenido cara de pasmo toda la vida, también puede que ése murciélago no sea ciego, y pertenezca a la excepción de la regla, y yo haya nombrado las cosas bajo el rótulo del momento, mi momento.

No hay comentarios.:

laventuradelapalabra

"sin dudas soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará taludes y rosas debajo de mis cipreses" Nietzsche