
Tres veces duró el Río
que abrazó en su recorrido
el aroma de la tenuidad
con solo el prólogo descubierto
nos vestimos de palabras
en los párvulos encuentros
bebimos nuestras miradas
me atiborré del imaginario/entendimiento
la ventana, me acerqué
mirando acobardada
presintiendo la contención
que me esperaba tras revés
no es sana la seguridad
cuando el erizar clama
en búsqueda de tempestad
sin querer nombrar
¿ternura infantil?
tu marfil, tu imago
los robé para mi relicario
junto al jazmín
aborté algunas sonrisas
y no titubeé en ser egoísta
nos dejé feliz(?)
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