6/8/06

Día Amigo

Fui en busca de ese libro donde encontrar la respuesta a la curiosidad que me asalta cuando estoy harta de la realidad. Después de un día compartido con amigos me viene esa necesidad egoísta de dedicarme solo a escucharme o a dejar volar la imaginación, o perderme en otra historia.

Entré a la librería de Corrientes, merodee leyendo los títulos de grandes autores y otros desconocidos. Escuchando música española, en ese ambiente apacible, con olor añejo, ese olor a soledad acompañada de los libros.
La actitud de los chicos que atienen es acorde a la imagen, le pregunté a uno de ellos por un par de libros que no estaban a la vista, charlando un poco sobre las ediciones. Al final me compré Octaedro de Cortázar y Dublineses de Joyce.

A la noche una voz del interior de una bolsita me llamaba, no reparé en esto hasta haber terminado mi cigarro, agudicé el sentido: era el personaje sin nombre del cuento que me invitaba a sentarme junto a él en el vagón del tren. No pude soltarme o no me quería soltar, así que permanecí caminando junto a su historia hasta concluirla.
Sentir la enigmática identificación, sentirme dentro suyo, moviendo sus pies, la búsqueda, en fin, eso que creía parte de mis jueguitos neuróticos, en los colectivos o en los bares, en la calle, ver en este personaje mi proyección.

Su final, son mis días sin fin, esa nada erige mi mundo y sus formas. Esa realidad tan propia, ahora compartida con él.

Pero los pensamientos más íntimos son indescriptibles y privados, allí se aloja su riqueza.
Después de acabado el viaje, apoyé mi cabeza en la almohada y medité: no voy a contar la sensación última, va a ser mía, voy a guardarla en mi relicario y olvidarme de ella. Ese es mi gran secreto.

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laventuradelapalabra

"sin dudas soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará taludes y rosas debajo de mis cipreses" Nietzsche