14/8/06

Algunas cositas viejas que estuve releyendo
Intento de soneto

MUSICA

Susurras al oído combinación
con tu suave pluma adormeces sueños
y formas melodías sin dueños
cubres con antifaz la desolación

tu ritmo hace cosquillas a la ilusión
notas flotando como hojas de otoño
alegran silencios, devoran años
mistifican las historias en canción.

Ella cumple milagros salvajes
crímenes, engaños, miserias, culpas
deshollinando las furias feroces.

Huele a mar, a tierra, a flores silvestres
a campo, a libertad, a utopías,
música con aromas y emociones.




Este poema o descripción como quieran titularlo tiene mezcla de fantasías verosímiles y algo de realidad.
Se puede inventar una historia tras una simple mirada, que mueve sensaciones dentro pero siempre termina siendo la historia que uno cree revelar tras esa percepción. Todo es lo que uno quiere creer. Para el arte toda su obra.



Su figura en la esquina Corrientes
su ser revoloteando al contorno
Presencia de náufrago de cualquier parte
y estilo perteneciente al arte.

Su mirada desentonaba con el paisaje nocturno
como si al menor golpe dejaría precipitar
en sus ojos una lágrima de sal, la mirada
fulgorosa tristeza de madrugada.

Meneándose al ritmo de la existencia
cargando sobre la espalda la mochila
del desamor regalo de alguna Afrodita
o de la simple- hostigadora duración.

Su espíritu desemboca en el mar
y se expande movido por el compás
en contra corriente acorde
que provoque su instinto animal.

El diletante vuela en su alfombra
profesando anticiencia
Rey de vacilaciones
Vagabundo en éstas tierras inhóspitas
inhabilitado en el oficio de afirmar.

Insigne inocencia de este troglodita
turbado por la aturdida entidad.

Rapsoda en calles elíseas
va cantando sus estigmas
con la eufonía más dulce
para quien quiera escuchar.

No recuerdo el instante en que me cautivó
si fue, su sutil danza de seducción
o el precioso don de inestabilidad
y esas imaginarias ganas de llorar.



NOCHE de PARANOIA

Todos los sonidos, que flotaban como partículas en el aire
se ponían a bucear en mis oídos, se sacudían al compás del silencio
y no dejaban que el sueño tome dominio, en la tierra del ensueño.
Los ojos se abrían al mínimo roce de sabanas inquietas,
buscando el origen del eco, en todos los átomos,
expectante mis cinco sentidos, frágiles y a punto de estallar.
Creo haber estado vigilada por centenares conciencias, en mi habitación
sellada, con sentimientos taciturnos que formaban figuras en la pared blanca.
Millares de entelequias en todo el cuarto revoloteaban extasiadas.
Acíbar corriendo por mis venas quebradizas. Acinesia del cuerpo, temiendo
el débil dolor de algún mordisco rebelde del colchón.
Acuciada por el cansancio, conciliando la vigilia.

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laventuradelapalabra

"sin dudas soy yo un bosque y una noche de árboles oscuros: sin embargo, quien no tenga miedo de mi oscuridad encontrará taludes y rosas debajo de mis cipreses" Nietzsche